Las tragedias y mitos del cartel de Hollywood: un suicidio, el fantasma de la letra H y el abandono que casi sella su final

Escrito por el 29 junio, 2021

La historia de uno de los símbolos del espectáculo tiene un costado oscuro del que se conoce poco.

El famoso cartel de Hollywood en las colinas de California. (Foto: AFP/Mark Ralston)

El famoso cartel de Hollywood en las colinas de California. (Foto: AFP/Mark Ralston)

Detrás del brillo, las luces y el glamour de las estrellas del cine se puede esconder una faceta más oscura. Hay miles de historias de figuras del espectáculo que tienen ese costado, generalmente, menos conocido que el que se muestra siempre.

Con el símbolo que representa a ese mundo pasa lo mismo. El cartel de Hollywood tiene un halo de misterio a su alrededor alimentado por anécdotas trágicas, en las que se mezclaron un suicidio, relatos sobrenaturales y un abandono que estuvo a punto de sellar su final.

Cómo fue el comienzo de Hollywood

El origen del barrio de Hollywood está relacionado con lo que fue el desembarco en California de una corriente migratoria que pobló esa zona de los Estados Unidos a comienzos del siglo pasado. Fundada en 1887, se incorporó como municipio recién en 1903 y se unió a Los Ángeles en 1910.

En paralelo a la explosión demográfica hubo una circunstancia que generó el germen del show business incipiente. De acuerdo al sitio oficial Hollywood Sign, en 1907 el mal tiempo obligó a un estudio chico de Chicago a trasladarse al Oeste para completar un rodaje. Al tener éxito con la producción, los productores se ubicaron allí y, lentamente, más compañías fueron instalándose en la zona. Para 1912 ya había 15 empresas cinematográficas independientes trabajando en Hollywood.

El momento en el que trabajadores montan el cartel de Hollywoodland. (Foto: The Saga of th Sign)

El famoso cartel tiene un origen publicitario. En 1923, la industria del cine ya tenía un engranaje bastante armado de la mano de las clásicas producciones mudas con films y cortos protagonizados por figuras como Charles Chaplin, Buster Keaton, Oliver Hardy y Stan Laurel. Esto generó emprendimiento inmobiliarios importantes en el área. Uno de ellos fue el desarrollo conocido como Hollywoodland.

Para promocionarlo, según puntualiza el sitio oficial del cartel, el editor de Los Angeles Times, Harry Chandler, uno de los hombres de poder que había invertido en el proyecto, pagó 21 mil dólares para montar una marquesina con esa leyenda. La publicidad de Hollywoodland fue ubicada en el monte Lee de Griffith Park, al oeste del suburbio de Glendaleles: constaba de letras de imprenta blancas de 13,7 metros de alto, fijadas a postes telefónicos e iluminadas por casi 4 mil bombitas eléctricas.

Peg Entwistle, la actriz que se tiró desde el cartel de Hollywood

La primera tragedia que dio paso a la mitología alrededor del cartel está relacionada con la actriz Peg Entwistle. De acuerdo al podcast You Must Remember This, de la periodista Karina Longworth, Bette Davis se fanatizó con ella luego de verla en una obra de teatro en Boston. “Entwistle se convirtió en la ídola de la joven Bette, no solo en su inspiración para convertirse en actriz, sino en un modelo específico en el que se basó la futura estrella adolescente”, comentó.

En 1929, con un divorcio a cuestas, Entwistle decidió darle un giro a su vida y se mudó desde Nueva York hacia Los Ángeles. Como tantos otros que buscan un sueño, la joven quería triunfar en la meca del cine. Al pasar una prueba para el estudio RKO pudo trabajar por primera vez en un largometraje que se llamó Thirteen Women. El problema que hubo con su participación estuvo relacionada con la censura que había en la época: debido a lo que se conoce como “codigo Hays” al que estaban sometidas todas las producciones, su actuación no salió en pantalla.

Peg Entwistle, la actriz que se lanzó desde el cartel de Hollywood. (Foto: James Zeruk, Jr.)

El estudio, finalmente, no terminó de firmar el contrato con Entwistle lo que fue demoledor para su creciente depresión. Según el libro Peg Entwistle and the Hollywood Sign Suicide: A Biography, del autor James Zeruk Jr., el 16 de septiembre de 1932 la actriz le dijo a su tío, con el que vivía, que iba a la farmacia. En lugar de eso caminó hacia el famoso cartel, subió la escalera que había en la letra H y desde el punto más alto se lanzó al vacío. Tenía 24 años.

La revista Vanity Fair cita lo que decía la nota que se le encontró a Peg Entwistle. “Tengo miedo, soy una cobarde. Lo siento por todo. Si hubiera hecho esto hace mucho tiempo, me habría ahorrado mucho dolor”.

El misterio del fantasma de la letra “H”

El destino de Peg Entwistle siempre fue un tema a analizar por los estudiosos de Hollywood. Pero, a la vez, el mito de su figura y, sobre todo, las historias acerca del “fantasma de la H” perduran desde el momento en el que la actriz tomó la drástica decisión. En diferentes artículos y documentales existen testimonios de personas que dicen haber visto a una mujer rubia y joven desorientada cerca del cartel.

“En lugar de caminar, casi parecía deslizarse. No estaba flotando, no parecía un fantasma, pero había algo muy extraño en ella, y de aspecto muy suave”, contó un hombre llamado Devon Morgan, de acuerdo a lo que cita el medio History of Yesterday.

El cartel estuvo a punto de ser demolido. (Foto: The Saga of th Sign)

En la docu-serie Paranormal Witness hubo otra declaración similar. Un joven que había llegado hasta el cartel junto a otros amigos, se resbaló y cayó unos metros debajo de la colina, muy cerca de donde fue encontrada Entwistle cuando murió. El accidente no pasó a mayores, pero cuando estaba volviendo a reencontrarse con su grupo, vio a alguien más. “Era una mujer con un vestido similar al de los años ’30. Tenía tacos y un velo en su cara”, sostuvo.

El abandono que casi sella el final del cartel

Pero lo sobrenatural no solo es parte de la leyenda. La marquesina de Hollywoodland pasó a ser solo Hollywood tras una larga pelea que llegó al Estado. De acuerdo a la publicación The Saga of the Sign, editada por Mark McGroarty, entre 1933 y 1949 hubo una disputa legal entre diferentes partes luego de la falta de mantenimiento que fue carcomiendo la estructura del cartel.

uando empezó la campaña en los ’70 para recuperar el glamour del cartel. (Foto: The Saga of th Sign)

En 1947, la Comisión de Recreación y Parques de la Ciudad intentó tirar abajo la señal, pero los residentes en la zona de Hollywoodland protestaron. En ese momento, intervino la Cámara de Comercio de Hollywood. El presidente de la entidad, John Kingsley, ofreció financiar la reconstrucción de la “H”, que se había derrumbado. La condición que impuso fue acortar el cartel y sacarla la última parte: Land. En abril de 1949, finalmente, de acuerdo a lo que cita The Saga of the Sign, se concretó la renovación.

A partir de ese momento, el cartel quedó bajo la identidad de Hollywood, pero su recorrido a lo largo de las décadas no fue del todo fácil. Tuvo varias transformaciones, fue vandalizado constantemente y se deterioró de manera muy marcada entre la década del 60 y principios de lo ‘70.

En 1978, de la mano del magnate de PlayboyHugh Hefner, la señal fue objeto de la campaña “Salvemos al cartel”, con la que juntó dinero para reemplazar cada una de sus letras por nuevas para que tengan el brillo y esplendor de sus años dorados.

uando empezó la campaña en los ’70 para recuperar el glamour del cartel. (Foto: The Saga of th Sign)

En 1947, la Comisión de Recreación y Parques de la Ciudad intentó tirar abajo la señal, pero los residentes en la zona de Hollywoodland protestaron. En ese momento, intervino la Cámara de Comercio de Hollywood. El presidente de la entidad, John Kingsley, ofreció financiar la reconstrucción de la “H”, que se había derrumbado. La condición que impuso fue acortar el cartel y sacarla la última parte: Land. En abril de 1949, finalmente, de acuerdo a lo que cita The Saga of the Sign, se concretó la renovación.

A partir de ese momento, el cartel quedó bajo la identidad de Hollywood, pero su recorrido a lo largo de las décadas no fue del todo fácil. Tuvo varias transformaciones, fue vandalizado constantemente y se deterioró de manera muy marcada entre la década del 60 y principios de lo ‘70.

En 1978, de la mano del magnate de PlayboyHugh Hefner, la señal fue objeto de la campaña “Salvemos al cartel”, con la que juntó dinero para reemplazar cada una de sus letras por nuevas para que tengan el brillo y esplendor de sus años dorados.

 


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